Happy ending for us.
De los dos años casado con Chanyeol, Jimin nunca tuvo la necesidad de hacer evidente lo que le pertenecía, lo que ya era suyo. Siempre se consideró alguien muy pacífico en cuanto a su relación, Chan no le daba motivos para desconfiar, ni él tampoco, por lo que siempre consideró que los celos se debían por falta de comunicación y quizá hasta eran un poco infantil.
Sin embargo...
Sin embargo, esta vez no podía evitar sentir esa molestia en la boca de su estómago, y el enojo que cada vez iba incrementando al ver a aquella chica descarada coquetear atrevidamente con Jungkook mientras le tendía muestras de embutidos para comprar. El castaño parecía no darse cuenta de ello.
—Tsk... —chasqueó sus dientes.
Los bebés estaban cerca de nacer, Jimin ya estaba cerca de terminar los nueve meses, y hasta el momento, todo había ido bastante bien. Se había mantenido en constante chequeo médico para saber que todo iba a lo esperado, y los cachorritos estaban creciendo saludables. Al acercarse la fecha de nacimiento, lo más importante era mantener la alacena llena, puesto que los días posteriores no debía salir. Y tampoco le gustaba la idea de dejar a Jungkook salir solo sabiendo que habría muchos omegas por ahí al acecho.
Con una marca, se habría evitado. Pero hasta el momento, él mismo le había negado la marca a Jeon, primero porque el sexo se había vuelto casi imposible en los últimos meses, y segundo, no quería que pasara por la presión del embarazo.
Así que sí, aún no había marca de por medio. No solo a él le había afectado, Jungkook se había vuelto extremadamente sobre protector, siempre buscando su aroma.
—Eres un traidor, Jeon —balbuceó Jimin entre dientes mientras trataba de alcanzar varias lechugas del enorme refrigerador del supermercado—. Tienes a tu omega embarazado a solo dos pasillos y ya andas buscando presas —refunfuñó, mirando de reojo como la omega le sonreía al castaño, una sonrisa descarada y coqueta a su parecer.
El carrito de compras estaba completamente lleno. Había de todo lo habido y por haber, verduras, carnes, granos integrales, y prácticamente toda una serie de alimentos que lo mantendrían saludable mientras daba de alimentar a sus cachorros.
Jimin tomó en sus manos un rollo de cilantro, y no pudo evitar suspirar con nostalgia. Las cosas iban más que perfectas, eso no lo iba a negar, no obstante había algo que lo tenía atemorizado; y eso era el nacimiento de sus bebés. Él nunca había pasado por un embarazo antes, lo que significaba que él sería un omega embarazado primerizo, y generalmente siempre habían problemas.
Ya fuese tardías en el nacimiento, desgarres internos, o incluso cesáreas. El primer embarazo siempre era complicado, no quería ni imaginar cómo sería con dos cachorros en labor de parto. Lo único que sabía era del terror que su omega le generaba.
—Amor, mira lo que me dieron en descuento —Jungkook esta vez se acercó con una enorme sonrisa, mostrando en sus manos unos cuantos embutidos que la joven omega le había ofrecido anteriormente.
Jimin rodó los ojos y simplemente asintió.
—Sí ya me dejaste en claro que te encanta coquetear con otros teniendo a tu omega embarazado a unos cuantos pasillos —responde de mala gana.
Jungkook pestañea confundido.
—¿Qué?
—Nada —sin decir mucho, jala del carrito de compras mientras leía la lista de cosas que hacían falta por comprar, ignorándolo épicamente.
En realidad, la joven que le estaba ofreciendo los descuentos se trataba de una omega muy bonita pero respetuosa, ella ya había visto de lejos que la pareja estaba junta, por lo que amablemente le ofreció al alfa un descuento especial para su omega en cinta. No obstante, Jimin no estaba cerca de ellos para saber de que estaban hablando exactamente, razón que lo llevó a pensar que estaban coqueteando descaradamente con él a tan solo unos metros de distancia al verla sonreír enormemente.
—Minnie, no tienes que enojarte, ella solo estaba ofreciéndome productos para-
—Ahora la defiendes —se voltea enojado, interrumpiéndolo.
Jeon se ve escandalizado por la suposición y trata de remediarlo. Jimin cuando se enojaba realmente daba terror.
—¡No! Solo quiero decir que ella fue amable porque-
—Porque le gustas. ¿Crees que soy estúpido para no darme cuenta? —vuelve a interrumpir con el ceño fruncido—. ¿Sabes qué? No tengo tiempo para esto, si quieres irte con ella, hazlo. Después de todo no me importa, pero algo si te advierto Jeon Jungkook, cruzas un solo paso en este pasillo y no te salvas de una demanda por pensión alimenticia —señaló.
El alfa quería sentarse a reír y llorar casi al mismo tiempo, con todas esas hormonas alborotadas tenía que tener cuidado con lo que decía a su omega, ya que este se encontraba más sensible y susceptible a lo que pasara a su alrededor.
Admitía que a veces era divertido. Pero ahora con una amenaza de pensión alimenticia, no lo era tanto.
—Jimin, se me dejas explicarte por un solo segundo...
—¡Claro! Como no me di cuenta antes, todos los alfas son iguales.
Definitivamente lo había estropeado. Rápidamente se acercó a su omega y lo abrazó por la espalda, dándole protección y trasmitiéndole todo el amor que sentía por él. Inmediatamente las feromonas azucaradas del alfa calmaron al omega, quien suspiró suavemente y casi ronroneó. Debía admitir que se sentía muy bien ser protegido de esa manera, su omega se sentía en calma ahora, y casi podía sentir a sus cachorros emocionarse por la presencia de su padre.
—Nunca ha sido mi intención hacerte sentir mal, cariño. Por favor perdóname, no sabía que esto podía causarte un sentimiento negativo —susurró en su oído, depositando un suave beso detrás de su oreja—. Pero lo digo en serio cuando te digo esto... te amo, y jamás te traicionaría de ninguna manera.
La voz dulce y arrepentida de Jungkook, hizo a Jimin soltar una lágrimas silenciosas que rápidamente cubrió con su mano. No quería que viera lo sentimental que sus palabras lo habían puesto.
Aunque era completamente entendible, estaba en cinta.
—Jungkook, yo... —empezó, pero inmediatamente tuvo que callar cuando un dolor repentino se incrustó en el vientre bajo y lo hizo quejarse, llevando sus manos a su vientre abultado.
El castaño inmediatamente se alarmó al escuchar ese pequeño gemido de dolor, y se puso a su lado mirándolo con los nervios de punta.
—¿Jimin-ssi? ¿Jimin qué pasa, qué tienes? —lo mira asustado.
Park abrió su boca para responderle pero esta vez una contracción más fuerte llegó a su vientre, haciéndolo doblar sus rodillas y sostener su vientre con fuerza. El castaño inmediatamente lo tomó entre sus brazos y lo miró con miedo, no le gustaba para nada verlo sufrir, y sus quejas cada vez más fuertes estaban poniendo a su alfa inquieto.
—J-Jungkook... creo... creo que los cachorros están listos —avisa con temor, mordiendo sus labios.
Eso fue como un balde de agua fría encima de él.
¿Cómo? ¿Ya? ¿Ahora? ¿Qué se suponía que debía hacer?
—¿A-Ahora? —tartamudea aún sin salir de su asombro. Aunque en realidad estaba más asustado y preocupado por su bienestar. ¿Cómo se supone que debía actuar? Su padre nunca le enseñó sobre estos momentos en el omega, y su madre... simplemente le había dicho que no debía preocuparse.
¡Pero esos consejos no le servían de nada!
—¡Ahora, Jungkook! —vociferó el omega, sacándolo de su ensueño—. Duele, duele mucho... —se quejó, apretando sus ojos y dando una muestra de dolor.
—¡Muchacho! ¿Acaso no estás viendo que tu omega está apunto de parir? —una señora que pasaba casualmente por ahí y los vio en ese estado de acercó apresuradamente—. ¡Necesita un hospital, rápido!
Como si ese hubiese sido el impulso que Jungkook necesitaba para reaccionar, asintió, y sin importarle nada se agachó y tomó a Jimin por sus piernas, alzándolo entre sus brazos. Para él, en ese momento no importaba nada más que su omega y sus bebés, por eso ni siquiera se cuestionó su fuerza, y con un impulso inexplicable que ni sabía de dónde salió, logró alzarlo entre sus brazos como si fuese una pluma.
Su alfa comienza a correr casi en círculos cuando logra percibir los espasmos de su cuerpo delgado, y los aullidos de dolor de su omega. Jeon se apresura lo más rápido que puede al parqueo, y cuando encuentra su auto abre la puerta de copiloto, deja a Jimin en el asiento.
—Aguanta un poco más, mi amor. Te prometo que todo saldrá bien —agarra una de sus manos, besándola con dulzura. Su omega asintió con sus ojos llorosos, y el castaño le ayudó a colocarse el cinturón.
Debía llegar lo más rápido que pudiera. Si bien era cierto que en el colegio le enseñaron como actuar cuando el omega rompía fuente, y tomar la situación con calma, esto era algo que no le servía de nada ahora.
Paz y calma era lo menos que podía sentir ahora cuando veía al mayor retorcerse de dolor en el asiento de copiloto.
—Vamos, cachorritos —jadeó el azabache—. No sean tan malos con su papi.
✧✦✧
El viaje hasta el hospital fue relativamente corto, más cuando los nervios de Jungkook estaban a flor de piel. Era eso, o realmente había pisado el acelerador hasta que no diera más. Aunque no fue malo después de todo, ya habían llegado al hospital y una vez que las enfermeras conocidas vieron el estado de Jimin, corrieron a su ayuda y llamaron a varios doctores para que lo pasaran a la sala de partos.
Por supuesto que el castaño lo siguió y no lo dejó solo en ningún momento, eso fue hasta que llegó a la sala y una de las enfermeras lo detuvo, pidiéndole que se pusiera equipo médico para poder ingresar, no podía pasar simplemente con su ropa normal. En la sala de partos eran realmente estrictos con todo este tema.
Sin embargo, antes de que le entregara su equipo, fue casi empujado por un doctor que entró casi al instante. Jeon se iba a disculpar hasta que vio de quien se trataba.
—Se dice con permiso, por si no te enseñaron modales —gruñó, mirando con el ceño fruncido al doctor que había entrado casi empujándolo de mala ganas.
Minhyun sonrió burlón y se devolvió hacia Jungkook.
—¿Ah si? Discúlpame no te vi, eres un alfa tan pequeño que no alcanzas mi límite de vista.
Ante la clara provocación, el castaño no pensaba quedarse callado, por lo que se acercó sacando ligeramente su pecho en una señal retadora, algo que despertó el instinto alfa en ambos, retándose con la mirada.
—¿Cómo me llamaste? —pregunta lentamente, en una clara señal de advertencia.
—Pequeño e ignorante alfa —responde Minhyun sin miedo a sus provocaciones, acercándose hasta estar frente a frente.
En realidad, no había tanta diferencia de tamaño, si acaso Minhyun era más alto que el castaño por unos cinco centímetros cuando mucho. Sin embargo, eso era suficiente para que Jungkook tuviese que mirar ligeramente hacia arriba, sintiéndose un poco intimidado pero sin temor de lanzarse encima de él a pelear por su territorio.
—No vas a tocarlo —amenazó, refiriéndose a Jimin, quien por cierto se encontraba en el fondo conteniendo sus jadeos de dolor, y las contracciones.
—¿Y quién me va a detener? ¿Tú? Ni siquiera pudiste poner una maldita marca en su cuello para reclamarlo. ¿Eso es ser alfa para ti? Si hubiese tenido una, esto no estuviera pasando —gruñe, mirándolo molesto—. No me culpes por el instinto, no está marcado y técnicamente, aún puede ser reclamado por otro alfa. ¡No lo cuidaste!
—¡Con marca o no, sigue siendo mi omega! —aprieta sus puños con rabia contenida, mirándolo amenazante—. Eres una basura, sabes que mis feromonas están en él. Sabes perfectamente que me pertenece.
—Eso no me va a detener.
Esa respuesta cabreó más de lo esperado a Jungkook, quien lo empujó por el pecho y listo para meterle un puñetazo, pero fue otro doctor que se metió en medio de la pelea y sostuvo al castaño por la espalda, mientras Jimin aún estaba escuchando todo.
—¡Basta con sus peleas estúpidas! ¡CÁLLENSE LOS DOS! —gritó Jimin, respirando agitadamente—. ¡Estoy a punto de parir dos cachorros y ustedes no me están ayudando en nada! —reprendió, para luego soltar un grito de dolor cuando otra contracción lo golpeó con fuerza.
Jungkook se alarma, y trata de entrar pero la enfermera lo detiene, haciéndole saber que aún no estaba con la ropa correcta para entrar a la sala de partos.
—Chanyeol, por favor, lleva al joven Jeon a la sala correcta para que use el protector médico y pueda entrar a apoyarlo —avisa al doctor, quien era el que sostenía a Jungkook por la espalda.
—Entendido —asintió rápidamente, tomándolo por la espalda y llevándolo a la sala contraria con el protector médico—. Ven, vamos.
El castaño no pone mucha resistencia, y es ahí donde la enfermera mira con cierto reproche a Minhyun, quien se encontraba sosteniendo la mano de Jimin para ayudarlo con sus contracciones. Ambos cruzan miradas y ella da una de completa desaprobación.
—Sabes que es el alfa de Jimin. ¿Por qué lo retas?
—Porque yo no veo una marca en su cuello.
Por otro lado, mientras asistían y preparaban todo lo útil en la sala de partos, Chanyeol se encargó de ayudar a Jungkook a colocarse todo el equipo médico requerido. Entre estos, se encontraba una bata, cubrebocas, una gorra de tela para su cabello, y protectores para sus zapatos. Básicamente, era como ver a otro médico en la sala de cirugías.
Ninguno había cruzado palabras hasta el momento, pero eso no evitó que Chanyeol lo inspeccionara de arriba abajo, observándolo en silencio.
—Minhyun siempre ha estado detrás de Jimin —menciona luego de unos segundos en silencio. El castaño no dice nada, pero esto no evita que Chan continúe con su comentario—. ¿Por qué no lo marcaste?
Jungkook se voltea con una mirada enojada, apretando sus puños.
—¿Y por qué no lo marcaste tú cuando tuviste la oportunidad? —cuestiona con acidez—. Sé que eres su ex esposo, y en cierta parte te agradezco que no lo hayas marcado, pero no tienes derecho a venir aquí a reclamarme nada.
—Bueno, en eso tienes razón. No puedo reclamarte nada —menciona con tranquilidad. A diferencia de Jungkook, quién se veía estresado, enojado, y frustrado. No había de que culparlo, su omega estaba a una sala de él sufriendo, acompañado de un alfa que estaba aún detrás de él, y ahora su ex esposo cuestionaba la marca—. Para tu información, Jimin y yo no acordamos una marca en nuestro matrimonio, él quería que pasara cuando llegara a embarazarse. Pero como sabes... eso no pasó, así que la marca tampoco —explica.
—¿Y tengo que aplaudirte por eso?
Chanyeol frunció el ceño.
—Escucha, sé que estás molesto y estresado. Pero no permitas que tu alfa te domine, ¿entendiste? Lo que menos necesita Jimin en estos momentos es tener al padre de sus cachorros peleándose con otro alfa solo por acercarse a él. Y no defiendo a Minhyun, pero tiene razón cuando dijo que una marca hubiese evitado ese enfrentamiento. No entiendo como-
—¡Jimin no dejó que lo marcara! —interrumpe molesto, haciendo callar al azabache. Chanyeol lo mira con sorpresa y Jungkook continúa, bajando su mirada y sintiéndose vulnerable al confesarlo—. Quise hacerlo en muchas ocasiones durante del embarazo... pero no me lo permitió... ustedes solo hablan y hablan de lo que haría un "verdadero" alfa en mi situación... pero yo hice algo mejor que eso; seguí y respeté la voluntad de mi omega. ¡Algo que ustedes probablemente no lo hubieran hecho!
Esta vez es el turno del azabache de quedarse callado. Meditando sobre sus palabras... si Jimin no quiso una marca de su destinado aún estando en su embarazo, y tampoco aceptó la suya en matrimonio... ¿qué era lo que lo detenía?
—Lo siento, no debí criticarte sin saber las razones —se disculpa.
—Bueno, ahora lo sabes.
Jungkook termina de cambiarse y corre a la sala de partos donde ya Park se encontraba casi en labor, sosteniendo fuertemente las sábanas de la camilla. Esta vez Minhyun se había movido junto a la enfermera para sostener a los bebés cuando estuviese listo para pujar.
El castaño inmediatamente se acerca a Jimin, besando su frente y tomando su mano. Este al sentir la presencia de su alfa se sintió un poco más protegido y calmado, lágrimas se asomaron por el rabillo del ojo de ambos, y se miraron intensamente, uno con terror y preocupación, y el otro con dolor y ternura al mismo tiempo.
—Lo siento Jimin, lo siento tanto —Jeon toma su mano y la besa, llevándola a sus mejillas para mantenerla ahí. Su voz temblaba y se escuchaba arrepentida—. Nunca debí dejar que pasaras por este dolor...
—N-No digas eso... yo lo quería, recuerdas... —sonríe débilmente—. Pronto seremos una familia de cuatro, ¿no hemos crecido? —pregunta con dulzura.
—Jimin... —murmura—. Prometo que todo estará bien, pronto que saldremos de esta.
El azabache asintió y tomó la mano de su alfa fuertemente cuando una contracción más poderosa que las demás lo golpeó y lo hizo gritar y aullar de dolor, su omega comenzaba a retorcerse del dolor y pedir protección de su alfa, quien se encontraba muy asustadizo. Aún así, no dejó de decirle palabras bonitas y de apoyo durante todo el parto, limpiando las lágrimas que brotaban por el dolor insoportable.
Hubo un momento donde Jimin gritó con fuerza, como si su cuerpo se hubiese desgarrado y luego perdió la consciencia por segundos. El castaño paniqueó al verlo inconsciente hasta que el llanto de un bebé detuvo todo su mundo. Aún estaba en shock cuando la enfermera tomó al recién nacido en una manta, y envolviéndolo.
—Muchas felicidades, joven Jeon... —la enfermera se acerca a él con una sonrisa de oreja a oreja, tendiéndole el bebé que lloraba—. Se trata de un hermoso varoncito.
Aún lleno de sorpresa, lo tomó en sus brazos cuando la chica se lo extendió, y lo observó con anhelo, dejando salir unas lágrimas de felicidad cuando el bebé paraba de llorar lentamente y comenzaba a abrir sus ojitos.
—Eres la creación más hermosa que pudimos hacer —susurra, besando su frente.
Jimin aún seguía inconsciente, pero aún faltaba el segundo. Por lo que la enfermera tuvo que reanimarlo rápidamente para que volviese en sí, y una vez que lo hizo, un segundo llanto se escuchó por toda la sala de partos.
El azabache al perder la consciencia en unos segundos, creyó que se trataba del primero, por lo que no evitó llorar entre el dolor y la felicidad de ver a un pequeño bultito enredado en una manta cuando la enfermera lo cobijó y se acercó a él.
—Muchas felicidades a ambos —menciona sonriente.
—Aún... falta... ¿verdad? —responde jadeante, y agotado. Al parecer aún no se daba cuenta que el castaño estaba a su lado, sosteniendo a su bebé en brazos como si fuese un cristal, y un tesoro recién descubierto.
La enfermera sonríe y señala al castaño a un costado.
—¿Por qué no se lo preguntas a tu alfa? —susurra con cariño.
La enfermera le extiende su segundo bebé, y Jimin desvía su mirada para ver el rostro de Jungkook lleno de lágrimas, mirándolos con amor y ternura. Ahora ambos sostenían a sus cachorritos en sus brazos, su familia había crecido... iniciaron con dos, y ahora se había multiplicado.
—Lo hiciste, amor —susurra el castaño, levantándose y besando su frente—. Lo hiciste muy bien, eres muy valiente y por eso te amo.
Jimin no evitó soltar unas cuantas lágrimas y mirarlo con ilusión, luego desvió su mirada al cachorro en sus brazos que comenzaba a calmar su llanto al sentir la presencia de su madre.
—Los amo tanto... —susurró, en llanto—. Encontré un tesoro que no sabía que estaba buscando —abraza a su cachorro, compartiendo miradas con su alfa.
El azabache trató de mantener sus ojos abiertos, pero como si fuese una cortina, comenzaron a cerrarse inconscientemente. La enfermera al notar esto, se acercó rápidamente y sostuvo al bebé en brazos antes de que se desmayara.
—¿Qué pasa? ¿Por qué se desmayó? —pregunta Jungkook preocupado.
—Tranquilo, es normal. Su omega necesita recuperar fuerzas, y está demasiado débil... han sido dos cachorros señor Jeon —explica la enfermera—. Eso es doble esfuerzo. El doctor Park lo manejó muy bien aunque perdiera la consciencia unos segundos.
—Entiendo... pero... ¿estará bien no? ¿En cuánto tiempo despertará? —inquiere.
—Probablemente cuando sus bebés despierten con hambre y comiencen a llamarlo para comer. Es una conexión entre omegas y sus cachorros, despertará por su instinto —termina, tomando al otro cachorro que Jeon sostenía en sus brazos—. Estarán en la sala neonatal, necesitan estar en control y vigilancia para saber si están listos en darse de alta junto al omega.
—Gracias por la información, enfermera —menciona—. ¿Puedo quedarme con Jimin? —ella asiente.
—Ah, por cierto. Necesito sus nombres para dejarlos en su respectiva cuna.
—¿Nombres?
Si bien Jimin y él nunca discutieron los nombres en específico, habían llegado a un acuerdo con una lista de nombres que les gustó. Incluso hubieron dos que les llamó la atención a ambos.
—Jihoon y Jinseo —dice, sonriendo. Se acerca a ambos bebés donde la enfermera los cargaba y deja un beso en cada uno de ellos—. Jeon Jihoon y Jeon Jinseo.
La chica asiente y le dedica una sonrisa, saliendo de la sala. Jungkook se acerca a la camilla donde su omega descansaba profundamente, Chanyeol se había encargado de ponerle suero a la intravenosa, y ya se veía más estable.
—Gracias, Jungkook —menciona Chanyeol en un costado, antes de salir. Ya Minhyun se había ido, una vez que el segundo bebé nació, él salió de inmediato, dejando a las enfermeras mirándose unas con otras.
—¿Por qué?
El doctor sonríe.
—Por hacer feliz a Jimin y por... —mira hacia abajo, un poco avergonzado—. Darle algo que yo no pude.
El castaño suavizó su mirada sintiendo simpatía. Él estaba consciente del problema que lo había hecho separarse de Park. No fue culpa de nadie, pero entendía que quizá tenía sentimientos encontrados.
—Yo tengo que agradecerte también —menciona Jeon, haciendo que Chanyeol lo mire confundido.
—¿Por qué? —enarca una ceja.
—Por permitir que Jimin encontrara su felicidad conmigo.
Ambos se miran de frente y se sonríen. Dando por terminado esa etapa. Después de todo, ambos compartían el mismo sentimiento: permitir que Jimin fuese feliz, porque merecía eso y más...
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